Cleveland logró el más difícil todavía. Certificó la remontada (iban 3-1 abajo en el cuarto partido) con una hazaña sin precedentes en la NBA y ganaron el anillo en la pista de Golden State Warriors. Un triple de Kyrie Irving y, sobre todo, una nueva descomunal actuación de Lebron James, llevaron la gloria hasta un equipo que levanta el primer título de su historia.
El partido llegó empatado a 89 al último minuto. Fue entonces cuando emergió la figura de El Rey, con un tapón sobresaliente a Iguodala. Irving haría el resto y se acabaría una de las finales más emocionantes que se recuerdan. MAS EN www.somoselespectador.blogspot.com