sábado, 5 de marzo de 2022

EL NIVEL INTELECTUAL INDISPENSABLE EN UNA REPRESENTACION ESCENICA

 




































No se puede separar  el nivel intelectual de la preparación escénica, aunque exista la inspiración espontánea que puede producir el talento. Existen  oficios y profesiones  que aunque  emanan de una habilidad inspiradora, después del desarrollo natural  y virtuoso, deben estar acompañados de la preparación académica o autodidacta. No resulta una simple coincidencia que los grandes actores sean los más preparados o que los representantes escénicos de la cultura superior tengan la preocupación del crecimiento intelectual aún mayor que el económico, aunque ambas situaciones puedan llegar a ser  compatibles. Aquel  que está divorciado de cualquier principio epistémico aunque tenga expresiones de talento, no puede llamarse artista, ya que quizá se trate de un habilidoso, de un virtuoso de lo estético, pero no de un artista. De ahí que los artistas sean los iniciadores de los cambios sociales, de las protestas y de las revoluciones ideológicas que han dado paso a los cambios radicales y al desarrollo social. Aquel que se preocupa por su crecimiento intelectual para desarrollar su actividad escénica es aquel empeñado artista  y no aquel habilidoso que se preocupa por su crecimiento económico y su acercamiento de masas, que  simplemente, lo podemos denominar como  un famoso. El mundo de consumo, que ha traído como consecuencia que  el espectador deba bajarse al nivel de la mala calidad del artista cuando visita una representación escénica o sintoniza un trabajo artístico, ha provocado que principalmente cantantes o actores  con altas ventas y fama, puedan poner de pretexto su dedicación a su supuesta actividad artística para descuidar su actividad académica e intelectual, pero dicho pretexto, solamente exhibe su falta de preparación artística que no le permite ni obtener una escala de valores ni distinguir las altas ventas que producen la fama en consumo y lo que es la satisfacción personal del crecimiento intelectual que es el crecimiento artístico. Es de llamar la atención como productores, principalmente de televisión, expresan su preocupación por los altos índices de audiencia, que son capaces de colgarse de historias que ya fueron éxito sin arriesgarse en nuevas obras o que son capaces de cambiar radicalmente la historia de una telenovela  que no está siendo exitosa, en vez de preocuparse por la convicción de la calidad del producto, debido a que están alejados del crecimiento intelectual que proporciona el verdadero valor humano, ante las exigencias de consumo en las que se han desarrollado, hasta desnaturalizar la esencia de su actividad humana. Más en www.somoselespectador.blogspot.com