México y Estados Unidos se enfrentaron por primera vez en su historia rumbo al Mundial de Italia 1934 y ahí nació una rivalidad que ya tiene 81 años de existencia y que hoy en el Rose Bowl de Pasadena tendrá un capítulo más.
En aquel primer encuentro en Roma, el conjunto de las Barras y las Estrellas se llevó la victoria (4-2), pero posteriormente el Tri ejerció un dominio ‘gigante’ de 46 años con nueve triunfos consecutivos y un balance de 51 tantos y sólo 13 en contra, destacando dos 6-0 en 1949 y 1957.
Sin embargo, su ‘resistencia’ comenzó en 1991 cuando derrotó en la Copa Oro de ese año a la escuadra dirigida por Manuel Lapuente, dejándola sorpresivamente en Semifinales.
En 1993 se dio la primera Final en Copa Oro entre ambas escuadras y hubo revancha. En un Estadio Azteca pletórico, el Tricolor puso sangre y sudor para llevarse el triunfo (4-0) y no permitió la deshonra en su propia casa.
Dos años después, los estadounidenses sonrieron al dejar fuera al conjunto de Miguel Mejía Barón en la Copa América de Uruguay. La derrota en penaltis inclusó le costó la cabeza al ‘doctor’ y Bora Milutinovic entró al quite.
La lucha ‘mortal’ por la etiqueta de ‘gigante’ ya era una realidad y a pesar de que México eliminó a EU de la Copa Confederaciones de 1999, el máximo dolor se dio en el Mundial del 2002 en Corea-Japón cuando con goles de Brian McBride y Landon Donovan, el Tri quedó fuera de la justa en Octavos de Final.
Desde entonces, han intercambiado triunfos así como trofeos de Copa Oro. La última victoria mexicana en este Clásico data del 2011, en la Final de Copa Oro; en estos últimos cuatro años EU ha ganado tres encuentros manteniéndose Jürgen Klinsmann invicto sobre el Tri.
El día de hoy se escribirá una página más en la historia del llamado clásico de CONCACAF cuando México con un técnuco provisional enfrente al cuadro de las barras y las estrellas por un boleto para el torneo internacional más importante que es la CONFEDERACIONES, de no obtenerlo, México sufriría otro descalabro histórico ante Estados Unidos casi igual que cuando dicho cuadro lo derrotó en un partido mundialista. Con toda la experiencia que caracteriza al técnico interino de la Selección Mexicana, Ricardo ‘Tuca’ Ferretti, después de un exahustivo análisis sobre cómo será el juego en el Rose Bowl, ha establecido su parado táctico y ha tomado la decisión sobre quienes serán los encargados de obtener el anhelado pase a la justa intercontinental.
En el último partido que disputó México, ante Argentina, en Dallas, Ferretti hizo caso de los jugadores y accedió a parar su esquema con línea de cinco, en el que Márquez hace la doble función. Sin embargo, en esta ocasión su táctica cambió.
La selección mexicana saldrá a ganarse el pase a Confederaciones con una línea de cuatro integrada por Paul Aguilar en la banda derecha, Miguel Layún por izquierda y como centrales Héctor Moreno y Diego Reyes. En la contensión estará el capitán, Rafael Márquez, y cumplirá con el doble papel, ayudando por momentos en la zaga central.
De volante por derecha estará Héctor Herrera y en la izquierda Andrés Guardado. La sorpresa está colocada en la parte final de la cancha, con tres centros delanteros: Oribe Peralta, Javier ‘Chicharito’ Hernández y Raúl Jiménez.
Con este planteamiento, el Tricolor buscará presionar desde el inicio al archirrival, Estados Unidos. MAS EN www.somoselespectador.blogspot.com