La televisión siempre se encarga en recordarnos que es una porquería al igual que sus comunicadores, y esta semana no ha sido la excepción, ya que mientras diferentes espacios de entretenimiento daban cobertura al nuevo Big Brother denominado "La casa de los famosos", en donde los que ahí se hospedan, no tienen otra cosa que aportar más que presumir que sus mediocres logros en la televisión son gracias al padrinismo y no al talento, y cuya única aportación es dar a conocer sus complejos y preferencias sexuales; resulta que tales comportamientos han sido un atractivo informativo para los comunicadores que dicen ser respetables y expertos en los medios de comunicación y que también se dicen todos unos periodistas de excelencia, sin embargo por comentar como los desesperados de ser vistos en cámara, se sacan sus sustancias pegajosas de la nariz en red nacional, por otra parte los informadores pasan de manera desadvertida, las notas que en verdad valen la pena, ya que mientras todo eso ocurre en la mentada casa de los famosos, pocos espectadores han sido informado sobre el gesto de deportivismo que originó la cubana Laina Pérez al regresar la medalla de bronce a la mexicana Alejandra
Cervantes, quien en inicio ganó la
presea en la prueba de tiro deportivo de 10 metros con pistola de aire de los
Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023 pero de la cual fue
despojada debido a que el reglamento no permite que una sola delegación pueda
acaparar el podio y recibir tres medallas en una misma competencia, situación que precisamente sucedió con México, al obtener las medallas de oro, plata y bronce, por las brillantes actuaciones de
Andrea Ibarra, Alejandra Zavala y Alejandra Cervantes, y ante tal situación los organizadores de los juegos señalaron que
el tercer sitio pasaba automáticamente al cuarto lugar, que obtuvo la
deportista cubana, quien en una ceremonia ridícula se le otorgó a Laina la medalla bañada de bronce, pero ésta
en un acto de alto deportivismo regresó a su ganadora original y señaló que quien merecía la medalla era la mexicana
por lo que se la volvió a entregar por ser moralmente quien debería portarla y
no como estúpidamente lo sancionaba el reglamento centroamericano. Tal acto de la
cubana Laina Pérez incluso fue ignorado
por muchos televidentes mexicanos ya que la información plena ha estado
recayendo en otra cubana quees raquel Bigorra, que está en la casa de los famosos y que lo mejor que
ha hecho en su carrera es anuncia telejuegos y nada más, como .Más en www.somoselespectador.blogspot.com